miércoles, 12 de septiembre de 2007

La viabilidad de la cuarta vía



La semana pasada, el vicepresidente Rafael Alburquerque declaró que el candidato del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), señor Miguel Vargas Maldonado, representa una amenaza para la clase empresarial, pues de alcanzar la Presidencia se dedicaría a negociar con ventaja.
El domingo en un acto público proselitista, el presidente Leonel Fernández, además de tratar de descalificar al PRD, reafirmó su discurso acerca del crecimiento económico de la nación y el bienestar público de su gestión.
Bienestar que sólo es percibido por la cúpula del Gobierno que mediante sueldos desmesurados baila la danza de los millones mientras el pueblo llano languidece entre la falta de empleo, los salarios de miseria y un régimen impositivo con características de atraco.
Una reelección del Presidente pondría al país al borde del colapso, pues castraría la aspiración de la gente de que la nación sea conducida por otro sendero, y pudieran reeditarse aquellos trágicos sucesos de 1984, cuando la población, de manera espontánea, con la inconformidad convertida en ira, se lanzó a las calles generándose una poblada que causó la pérdida de más de mil vidas y miles de millones de pesos.
Por otra parte, la reciente encuesta puesta a circular por el periódico Hoy, señala que casi la mitad de los dominicanos (46%) favorecería una opción diferente a la que ofrecen los partidos mayoritarios PLD, PRD y PRSC.
Si los que auspician la cuarta vía lograran subordinar su interés personal al bienestar de la nación y antes de definir candidato se ocuparan de presentar al país un programa mínimo de gobierno con soluciones objetivas y puntuales para los más acuciantes problemas de hoy, de seguro que antes de que finalice el año el posicionamiento de dicha opción estaría por encima del 25%.
Personalmente aspiro a que se me diga qué se hará para resolver:
-La montaña de dinero inorgánico que bajo el eufemismo de déficit cuasi fiscal mantiene el Banco Central.
-La violencia callejera y el raterismo.
-La corrupción administrativa.
-La falta de empleo.
-La deficiencia de la educación pública.
-La invasión haitiana.
-La deficiencia del sistema de salud pública.
-La alta tasa de impuestos.
-El déficit energético, y
-Los males que acarrean el transporte urbano e interurbano.
Si la respuesta llenara mis expectativas poco importaría que el candidato fuera Hatuey De Camps, Eduardo Estrella, Pedro de Jesús Candelier, Danilo Medina, Ramón Almánzar o Milagros Ortiz Bosch.
Con tal de que el candidato haya dado muestras de ser capaz, honesto y valiente, fuera suficiente.

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